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Rusia y Ucrania siguen sin acordar la fecha de la tercera ronda de negociaciones más de un mes después de que la última se celebrara en Estambul (Turquía), mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece estar perdiendo la paciencia con el Kremlin.

«Como dijo el presidente la pasada semana. Esperamos una propuesta de la parte ucraniana sobre una posible fecha. Cuando consensuemos una fecha y esperamos que eso ocurra, informaremos inmediatamente», dijo hoy Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Las anteriores dos rondas se celebraron a mediados de mayo y principios de junio, y únicamente resultaron en acuerdos humanitarios para el canje de prisioneros de guerra y cadáveres de caídos en combate.

Una pausa indefinida

Rusia, enfrascada en una nueva ofensiva estival tanto en el Donbás como en el norte de Ucrania -Sumi y Járkov-, no parece tener ninguna prisa en convocar una nueva ronda.

Recientemente, Putin aseguró que Rusia está dispuesta a participar en una tercera ronda, pero a renglón seguido admitió que «los memorandos ruso y ucraniano son diametralmente opuestos».

La manzana de la discordia sigue siendo que Ucrania propone un cese de las hostilidades antes de abordar los asuntos políticos más sensibles, mientras Moscú no quiere ni oír hablar de una tregua, ya que sospecha que únicamente servirá de respiro para las tropas enemigas.

En la misma línea, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, subrayó el lunes que la tercera ronda se está acordando, pero sin aportar más detalles.

En cambio, en una entrevista con la prensa húngara volvió a poner piedras en el camino de las negociaciones al plantear unas condiciones maximalistas inaceptables para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.