Para países en vías de desarrollo como Honduras, las remesas familiares se convirtieron en una de las principales fuentes de recursos financieros, lo que tiene repercusiones directas e indirectas en sus economías, que van desde la demanda agregada, la inversión en capital humano, la producción y la balanza de pagos, hasta la reducción de la pobreza y desigualdad social.
Entre estos efectos indirectos, es de particular interés conocer también el impacto de las remesas en la estructura productiva de Honduras, según los informes divulgados por las autoridades estatales.
No obstante, Cárdenas, mencionó que las remesas familiares se han venido desacelerando por las situaciones del empleo en Estados Unidos.
El envío de remesas de los compatriotas residentes en la nación del norte de América, representan una cuarta parte (26.7%) del Producto Interior Bruto (PIB), hondureño y se han constituido en uno de los principales sustentos de las familias con escasos recursos económicos.
Otros conocedores de la materia consideran que las remesas de algún modo han sido utilizadas en emprendimientos factor que ayuda a la generación de empleo y dinamiza la economía por mayor circulación para la compra de mercancías y otros productos.
Del mismo modo, otros son del criterio que las remesas familiares no tienen que gastarse en su totalidad en el consumo, sino que las familias deben procurar el hábito del ahorro en instituciones financieras y cuyos recursos serían como un patrimonio o para hacerle frente a imprevistos que surjan.
Los envíos de dinero enviados a Honduras entre enero y junio aumentaron 118.7 millones de dólares con relación al mismo período de 2023 (4,509.8 millones de dólares), indicó en su informe el banco estatal.
Solo durante junio pasado, los hondureños que residen en el extranjero enviaron 759.2 millones de dólares, menor a los 886.2 millones recibidos un mes anterior, añadió.