El ingreso de remesas familiares cerró el primer semestre del año con un incremento interanual de 10.3 por ciento, que equivale a 264 millones de dólares, superior en un 2.7 por ciento en relación a lo que habían proyectado las autoridades de gobierno.
Hasta el pasado 27 de junio, Honduras percibió un flujo de divisas de los agentes cambiarios por el orden de 6 mil 172.7 millones de dólares, una variación interanual de 2.7 por ciento, cantidad derivada especialmente de remesas familiares por 2 mil 565.2 millones, es decir el 41.6 por ciento del total de ingresos antes mencionados.
En esa fecha del 2018, el país percibió 2 mil 300 millones de dólares en remesas familiares, un incremento interanual de 9 por ciento en ese año.
La tendencia positiva fortaleció el saldo de las Reservas Internacionales Netas que suman 5 mil 040 millones de dólares, superior en 186.9 millones al observado al cierre de 2018.
Adicionalmente, los envíos monetarios permiten una estabilidad en el tipo de cambio del lempira en función del dólar, entre una devaluación que se mentiene en 17 centavos dentro de los parámetros aceptables para diversos agentes económicos.
Incluso en los últimos días, la moneda nacional ha observado un comportamiento de micro apreciaciones, reduciendo en un centavo ese deslizamiento.
El repunte sigue relacionado con la recuperación laboral que registran un millón de hondureños en los Estados Unidos. En el caso de los hombres, predominan las ocupaciones relacionadas a la construcción (44%) y mantenimiento (22%), según
una encuesta emitida por la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (Ahiba).
Mientras que las mujeres se dedican a actividades de mantenimiento (25%), domésticas (19%), servicio de bebidas y alimentos (14%) y cuidado de terceras personas (14%).
Las remesas familiares constituyen un componente vital en las dinámicas de desarrollo globales. Desde mediados de los noventas, los flujos de remesas hacia los países de ingreso medio y bajo son mayores que las cifras oficiales de asistencia internacional y más estables que los montos de inversión extranjera directa.
