Moderna, unas de las farmacéuticas en busca de una vacuna contra el coronavirus, anunció que espera producir 500 millones de dosis para EE.UU. y llegar a los 1,000 millones anuales en todo el mundo, lo que puede suponer un respiro a nivel global y en el país norteamericano, donde los casos no paran de aumentar en el sur.
El consejero delegado de Moderna, Stéphane Bancel, explicó en una llamada con analistas que prevén poder producir 500 millones de dosis de su nueva vacuna en EE.UU. para el mercado interno y llegar a los 1,000 millones de dosis anuales en todo el mundo.
“La prioridad es tener capacidad disponible para Estados Unidos”, indicó Blanche, quien detalló que esperan dar al gobierno estadounidense control de la distribución de la vacuna si esta supera finalmente las pruebas clínicas de la fase 3, que comenzarán el 27 de julio.
Con más de 700 muertos diarios de media a nivel nacional en la última semana, parece que la primera potencia mundial ha puesto todas sus esperanzas de salida de esta crisis sanitaria en la vacuna.
Ante la situación no solo en Florida, sino también en el resto del país, la administración del presidente Donald Trump ha destinado más de 2,200 millones de dólares en apoyar varias candidatas a vacuna a inmunizar la población contra el coronavirus SARS-CoV-2, entre ellas dos que parecen ir por el buen camino: la mRNA-1237 de Moderna y las BNT162 de Pfizer.
Ambas están preparando ya la entrada en la última fase de ensayos clínicos este mes con un grupo de unos 30,000 voluntarios, con la esperanza de, si se confirman que son vacunas seguras y eficaces, recibir la aprobación rápida de los reguladores estadounidenses.
La vacuna experimental, desarrollada por los colegas de Fauci en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus iniciales en inglés) y por Moderna Inc., comenzará su fase más importante alrededor del 27 de julio: Un estudio con 30,000 personas para probar si las vacunas realmente son lo suficientemente fuertes para proteger a la gente del coronavirus.
Los investigadores reportaron los hallazgos de los primeros 45 voluntarios que fueron inoculados en marzo. La vacuna proporcionó el esperado impulso inmunitario.
Los voluntarios desarrollaron lo que se conoce como anticuerpos neutralizantes en el torrente sanguíneo —moléculas clave para bloquear las infecciones— en niveles comparables a los hallados en personas que sobrevivieron al COVID-19, reportó el equipo de investigación en la revista New England Journal of Medicine.
El primer objetivo del ensayo será comprobar si la vacuna es segura y evitar la infección del coronavirus. Si una persona contrae la COVID-19, se tratará de ver si la vacuna puede frenar el avance de los síntomas.
Con este progreso, Moderna se sitúa al frente de la carrera hacia una vacuna contra el nuevo coronavirus que, desde fines de diciembre, contagió a más 13 de millones de personas en el mundo y causó más de 570,000 muertes. (EFE)